¿Está tomando la decisión correcta? Mototambores o motorreductores: ¿cuál es el mejor para la industria alimentaria?

¿Tiene dificultades para mantener la higiene de sus equipos?

En la industria alimentaria, la higiene no sólo es importante, sino innegociable. Los mototambores tienen un diseño cerrado y sellado que impide la entrada de contaminantes, lo que facilita su limpieza y desinfección. Al no tener piezas móviles expuestas ni hendiduras donde pueda esconderse la suciedad, cumplen las estrictas normas de higiene que exigen las instalaciones de procesamiento de alimentos.

Los motorreductores, por el contrario, tienen componentes externos como engranajes y cadenas que son más difíciles de limpiar y más propensos a atrapar bacterias.

¿Le preocupa la energía?

Los mototambores están diseñados para ser altamente eficientes, y a menudo consiguen un mejor rendimiento energético que los motorreductores. Con menos componentes y un diseño integrado, reducen las pérdidas de energía, ayudándole a ahorrar en costes operativos.

Los motorreductores, aunque eficaces, suelen tener más pérdidas mecánicas debido a su compleja configuración. Con el tiempo, estas ineficiencias pueden acumularse, por lo que los mototambores son una opción más rentable para las empresas preocupadas por la energía.

¿El espacio limitado ralentiza su producción?

En las instalaciones de producción de alimentos, el espacio suele ser escaso. Los mototambores son compactos y se integran directamente en la cinta transportadora, liberando un valioso espacio en el suelo. Nuestro nuevo motor Compact lleva esta ventaja aún más lejos, ofreciendo un potente rendimiento en un espacio aún más reducido.

Los motorreductores, por el contrario, requieren más espacio debido a sus componentes externos y a la tornillería de montaje adicional.

¿Cansado de reparaciones frecuentes y tiempos de inactividad?

Los mototambores están construidos para durar con un mantenimiento mínimo. Su diseño cerrado protege los componentes internos del desgaste causado por factores ambientales como el polvo, el agua y las partículas de alimentos. Esto se traduce en una vida útil más larga y menos interrupciones por mantenimiento.

Los motorreductores requieren un mantenimiento regular, incluida la lubricación y la sustitución de piezas, lo que puede aumentar el tiempo de inactividad y los costes de mantenimiento.